Dr. Habib Chamoun-Nicolás en España 2018

Hay personas que son luchadoras por naturaleza, que no renuncian a la aventura de vivir plenamente aplicando una lógica humana que responde más al instinto que al utilitarismo o al pragmatismo. Personas que huyen de la comodidad como de la peste, de la aparente seguridad que de pura apariencia casi todos intuimos que es falsa.

Habib Chamoun es Habib Chamoun, perdón por la tautología. Es una persona que se ha definido más allá de sus etiquetas o atributos, ya sean étnicos (podríamos decir que es Fenicio, Libanés, Mexicano o Estadounidense, y por qué no, un poco de Francés, Español y sin ánimo de ofender, Inglés), o académicos (Doctor en ingeniería, matemáticas,… autor de prestigio siempre creciente), empresariales ( desde el negocio familiar a la negociación multinacional o protocolaria), y finalmente familiar en un sentido cada vez menos habitual que es el de capacidad de formar familia con aquellos que va conociendo, negociando siempre como un Fenicio.

No es fácil estar a la altura de Habib Chamoun-Nicolás, y no me refiero ni a la perspectiva étnica, ni a la académica, ni a la empresarial, ni a la familiar. Me refiero a la altura de la transcendencia a través de la virtud que le constituye en una roca moral y un faro para los que no acabamos de entrar ni entender la rueda del nihilismo que parece gobernar las esquinas del siglo XXI.

Dos son las obras que honestamente conozco y he hecho mías, a pesar del copy right. Ambas son complementarias y trazan una estrategia intelectual difícil, recuperar la sabiduría perdida en el ámbito de la Economía. Parece fácil citar a los clásicos del pensamiento filosófico, o traer la crítica de la virtud a un mundo al borde de la revolución industrial 4.0, o el block-chain. Pero no os quepa duda, no lo es. Las críticas son feroces. Los clásicos han sido tan manoseados y tan poco leídos, que cuando se les cita parece que vas a iniciar un discurso perverso para respaldar una corriente de pensamiento único, no para pensar con ellos. 

Llegan tiempos de reflexión, de detener los caballos y mirar a nuestro alrededor y juzgar como seres humanos si el mundo que construimos cada día es una casa que puede ser habitada sin que nos invite al suicidio espiritual, o incluso, al suicidio y punto.

Hemos pasado del miedo a la cosificación de la revolución industrial, al miedo a ser parte de un videojuego en la sociedad de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC’s), Parece que el mensaje ha perdido valor, y que lo único que importa es el soporte: redes sociales, mass-media,… cotilleos en frívolos  canales, y después noticias de atrocidades, tasas de paro brutales, que a la vez resultan invisibles porque nos saben dar el circo sin pan que nos ningunéa y nos calla. Y callando consentimos.

Hay que ser valiente, para poder aspirar a ser Habib Chamoun. Tan inteligente como para desafiar la matemática lineal de la simple causa-efecto. Tan ser humano como para atreverse a hacer el bien y lanzarlo al mar.

Gran amigo, porque no te deja otra opción. Ese es Habib Chamoun.

Si queréis verle, os dejo su hoja de ruta en esta semana del 14 al 16 de marzo de 2018)