Del arte de la partera al de la pantera

Sócrates, 470-399 a.C.


Sócrates explicaba el arte de llegar a la verdad por analogía con la profesión de su madre: comadrona o partera. Para Socrates el hombre es un ser social y racional, siendo la razón un fin ordenador de la naturaleza. Basta con el diálogo, la curiosidad y la ironía para que un buen par de amigos filósofos consigan que la verdad se desnude y se revele ante nosotros. Ahora bien… ¿y en el siglo XXI? Ponemos en duda que el hombre sea racional y social. Hemos descubierto mil y un «trucos» para dejar incapacitada a la razón para llegar a la verdad. Sistemáticamente trucamos el lenguaje para que exprese precisamente aquellos que queremos que piensen los demás ( Véase Gádamer, en «Verdad y método»). La psicología (antiguo estudio del alma que hace viviente al hombre individual) nos sirve para burlar el buen jucio y el sentido común que hace décadas parece ser el menos común de los sentidos: de una parte porque la gente no se atreve a expresar lo que dice el sentido común que habitualmente va en contra de lo políticamente correcto, por otro lado, porque las «páridas» y cambios de discurso a golpe de encuesta o corriente de opinión (doxa en el peor de los sentidos platónicos, creencia y falsedad) hacen que uno no tenga tiempo para meditar lo que es verdad… Para colmo dudamos de que la verdad como ente objetivo existe, y la verdad del yo (yo tengo raón) se impone a cualquier argumento lógico…. Mal lo tendría Sócrates en el Sálvame ante el arte de la pantera. Curiosamente, y de aquí el post, una simple letra (de la r a la n), cambia absolutamente el sentido y contenido del arte: el uno por amor a la sabiduría ( que nace del principio de no contradicción que proviene del ser) y el de la dialéctica del sofista ( utilitarismo finalístico del discurso) adornado con todos los atributos del cínico mas perro flauta. El lenguaje de la pantera acecha en la sombra, camuflado con apariencia de inexistencia y negro nihilismo, que busca la imposición de un superhombre que ni es hombre ni es super, vestido con arapos de discapacidad e injusticia, buscando imponerse como el gobernante de todos y cada uno de los demás, sean discapacitados o injustamente tratados. Y mordemos el anzuelo, o hacemos como que tragamos por un principio de prudencia mal entendido. Los que nos venden la verdad acechan nuestras reaccionan, como hipnotizadores de serpientes nos siguen la mirada, invaden nuestro ser íntimo con la redes sociales ( en las que somos «super hapies» desde la cotidiana apocalipsis y fracaso vital; pero que nadie se entere) y adelantan nuestras reacciones con las «fake news». Nos estamos hartando y ya empieza a notarse. Algo nos hace reaccionar a la habitual y consabida mentira que unas veces parece beneficiarnos egoistamente, y otras veces promete amedrentarnos con una antipatía deshumanizada: en ambos casos, a casi nadie se le ocurre pensar en el bien de todos por encima del ego propio. La pantera está aquí, y creo que estamos decidiendo que vamos a cazarla: unos para ponerla a su servicio y convertir la democracia en la sociedad de Orwell de 1984, otros para meterla en el zoo, que es donde le corresponde, y devolverle el trabajo a la partera que se le está empezando a acumular, pero que bastante. El cambio de una sola letra, lo cambia todo. No quiero ni pensar lo que puede ser la reconstrucción política del diccionario, y la reescritura de la Historia. Yo al menos me resistiré intentando no perder la memoria ni cediendo a argumentaciones débiles y vácuas, por mucho que en los medios sea el lenguaje habitual. Larga vida a la sabiduría, la fortaleza, la templanza y la prudencia. Muerte al cinismo y al sofismo de los políticos, que utilizan mi ciencia favorita, la Estadística, como ramera y mentirosa al servicio de la demagogia y la psicogágia.

De la URJC y a mucha honra

Rogelio Alonso Pascual y Paco Rabadán

Hoy se ha convocado una huelga por varias asociaciones de alumnos de la Universidad Rey Juan Carlos  bajo el lema «fuera la mafia de la URJC«. He echado un vistazo a la prensa y para mi sorpresa me he encontrado la foto que aparece más arriba en elpais.es.

Soy yo junto a don Rogelio Alonso Pascual, quien dio la clase inaugural de este curso académico en el campus de Móstoles. El tema de la clase : «posverdad«. Siento no recordar el título completo, pero a grueso trazo: ¿ Por qué lo llaman posverdad cuando quieren decir mentira ? . No podía venir más al caso.

He intentado encontrar el vídeo de la clase, pero no he sido capaz de localizarlo. Lo recomendaría encarecidamente.

En la imagen anterior podemos ver el panfleto en el que se explican lar razones de la huelga. Lo primero que me llama la atención es que en la foto aparecen personajes que tienen todo que ver con la política y poco con la URJC. Las dos imágenes reflejan bien la pos verdad con la que nos quitan la libertad a los alumnos y profesores en las trincheras de la Universidad.

El ser profesor no me enfrenta a mis alumnos, me hermana con ellos, porque todos somos universitarios y esa condición es primordial. Cualquier intento por enfrentarnos es de naturaleza perversa y debe ser erradicado.

La Universidad Rey Juan Carlos es un día a día en el que nos enfrentamos todos a un futuro absolutamente incierto, con una elevada probabilidad de pasar a formar filas en la cola del paro, en un ambiente democrático nacional que zozobra hacia el totalitarismo, sea del signo que sea, y que huye de la división de poderes. Las estrategias de los grupos de poder echan a codazos los ideales altruistas y la moralidad más elemental.

Ser universitario siempre ha sido un reto. Formar parte de la Universidad es una actitud ante la vida y la sociedad: buscar la verdad bajo el rigor de la lógica y el método científico, huyendo de prejuicios y presuponiendo nuestra ignorancia que pretendemos superar. El «sólo sé que no sé nada» es el cimiento sobre el que construimos nuestro conocimiento.

Pero ser universitario en la URJC, hoy es mucho más. El futuro está siendo hipotecado por una ingeniería social bastante burda que busca enfrentarnos y obviar descaradamente todo aquello que nos une.  La URJC comienza todos los días en un autobús o una vía de tren de camino al campus. Todos sabemos lo que pretendemos: forjar el futuro, educarnos y prepararnos para absolutamente todo. No aspiramos solo a gánanos el pan sino a la supervivencia de un alma académica libre donde lo más importante es lo que ocurre en el aula y en nuestras horas de estudio. Luchamos por nuestro futuro profesional, pero ya sabemos y contamos, desde que nos embarcamos en la URJC, que este futuro depende de nuestra propia reputación (véase este sitio web) y no de la de terceros.

Los que quieren beneficiarse del nombre de una institución universitaria suelen buscar otras universidades. Nosotros buscamos forjar los cimientos necesarios para luchar con nuestros propios medios: hermandad, solidaridad, conocimiento, curiosidad infinita y esperanza ciega en nuestra capacidad para transformar el mundo.

Yo atestiguo que los alumnos que asisten a clase son extraordinarios, y no me refiero  unicamente al plano académico, sino a algo más importante y efectivo como herramienta para construir la sociedad de futuro. Son extraordinarios en respeto y en prudencia, serios y responsables respecto a las responsabilidades de las que lejos de huir aumentan en pro de ser protagonistas de su propio destino, que es el de todos. El alumno de la URJC se enfrenta habitualmente a condiciones económicas muy difíciles que hacen que el gasto en su formación sea un sacrificio, y por tanto, se lo toman muy en serio: horas de estudio, seriedad en las aulas,…

Generalizar el comportamiento de unos pocos impresentables a un colectivo aproximado de 50.000 alumnos no solo es una irresponsabilidad, es además una maniobra política despreciable que se cobra en autoestima de todos y cada uno de nosotros la sangre que necesitamos para ir cada a día a clase, y en definitiva, construir el futuro.

Me gustaría poner una foto de la auténtica Universidad Rey Juan Carlos, lanzada en el Campus de Aranjuez justo antes del escándalo de los masters.

Esta es la verdad y no una foto borrosa, ni un montaje de miembros de un partido político en frente de la foto de un campus que no han pisado. Esta es la verdad y no las pos verdad.

Juntos, unidos, ante el futuro a pesar de todo, y de cualquiera que nos quiera robar la paz necesaria para afrontar la tormenta con calma.

A mucha honra, soy de la URJC, y agradecería fotos afinando el objetivo de la cámara. Exijo que cuando hablen de la URJC hablen de nosotros, no de los que no pisan estos campus.

 

 

Dr. Habib Chamoun-Nicolás en España 2018

Hay personas que son luchadoras por naturaleza, que no renuncian a la aventura de vivir plenamente aplicando una lógica humana que responde más al instinto que al utilitarismo o al pragmatismo. Personas que huyen de la comodidad como de la peste, de la aparente seguridad que de pura apariencia casi todos intuimos que es falsa.

Habib Chamoun es Habib Chamoun, perdón por la tautología. Es una persona que se ha definido más allá de sus etiquetas o atributos, ya sean étnicos (podríamos decir que es Fenicio, Libanés, Mexicano o Estadounidense, y por qué no, un poco de Francés, Español y sin ánimo de ofender, Inglés), o académicos (Doctor en ingeniería, matemáticas,… autor de prestigio siempre creciente), empresariales ( desde el negocio familiar a la negociación multinacional o protocolaria), y finalmente familiar en un sentido cada vez menos habitual que es el de capacidad de formar familia con aquellos que va conociendo, negociando siempre como un Fenicio.

No es fácil estar a la altura de Habib Chamoun-Nicolás, y no me refiero ni a la perspectiva étnica, ni a la académica, ni a la empresarial, ni a la familiar. Me refiero a la altura de la transcendencia a través de la virtud que le constituye en una roca moral y un faro para los que no acabamos de entrar ni entender la rueda del nihilismo que parece gobernar las esquinas del siglo XXI.

Dos son las obras que honestamente conozco y he hecho mías, a pesar del copy right. Ambas son complementarias y trazan una estrategia intelectual difícil, recuperar la sabiduría perdida en el ámbito de la Economía. Parece fácil citar a los clásicos del pensamiento filosófico, o traer la crítica de la virtud a un mundo al borde de la revolución industrial 4.0, o el block-chain. Pero no os quepa duda, no lo es. Las críticas son feroces. Los clásicos han sido tan manoseados y tan poco leídos, que cuando se les cita parece que vas a iniciar un discurso perverso para respaldar una corriente de pensamiento único, no para pensar con ellos. 

Llegan tiempos de reflexión, de detener los caballos y mirar a nuestro alrededor y juzgar como seres humanos si el mundo que construimos cada día es una casa que puede ser habitada sin que nos invite al suicidio espiritual, o incluso, al suicidio y punto.

Hemos pasado del miedo a la cosificación de la revolución industrial, al miedo a ser parte de un videojuego en la sociedad de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC’s), Parece que el mensaje ha perdido valor, y que lo único que importa es el soporte: redes sociales, mass-media,… cotilleos en frívolos  canales, y después noticias de atrocidades, tasas de paro brutales, que a la vez resultan invisibles porque nos saben dar el circo sin pan que nos ningunéa y nos calla. Y callando consentimos.

Hay que ser valiente, para poder aspirar a ser Habib Chamoun. Tan inteligente como para desafiar la matemática lineal de la simple causa-efecto. Tan ser humano como para atreverse a hacer el bien y lanzarlo al mar.

Gran amigo, porque no te deja otra opción. Ese es Habib Chamoun.

Si queréis verle, os dejo su hoja de ruta en esta semana del 14 al 16 de marzo de 2018)

Justo Sotelo, el economista que soñaba con ser escritor y no entendía ni la cerilla ni el bidón de gasolina

justo-sotelo3Justo Sotelo es una de las personas más inteligentes que he conocido, aunque puede que no sea demasiado objetivo porque le quiero un montón.

Cuando yo era alumno en la Facultad, el ya era catedrático y autor del manual Teorías y Modelos Macroeconómicos(1), junto a otros autores como Julián Unamuno. Nunca tuve el placer de que me diera clase, pero siempre se caracterizó por ser un profesor excepcional que parecía un alumno más, hasta que abría la boca y se notaba que sabía tanto y tan bien, que el saber formaba parte de sí mismo. El verbo aprender, tiene la connotación de «hacer algo propiedad de uno». El saber es objeto del aprendizaje, y en Justo, la acción de aprender lo ha transformado hasta el punto de que el mismo es saber.

No me parece casualidad que siendo economista ya doctorado decidiera sumergirse en el mundo de la Literatura. La Economía tiene mucho de ficción, de utopía y tragedia, de fuerzas del destino que nos superan, de aventuras épicas repletas de héroes y villanos. La Economía es la historia que se lee tras la Historia, y supone una mordaza para aquellos que la conocen. Si las ciencias habitarán el mundo de los cuentos de hadas, la bruja sería sin duda la Economía.

Cuando leí su tesis doctoral en Literatura, La Semántica Ficcional de los Mundos Posibles en la Novela de Haruki Murakami(2), me sorprendió brevemente ver que la introducción comenzaba con un discurso económico impecable. Y digo brevemente, porque enseguida me di cuenta de que la realidad es el contexto de otras realidades. Entender intelectualmente a Justo es complicado porque para ponerse al nivel de su lenguaje hay que compartir su nivel de conocimiento, y un servidor, en Literatura no lo alcanza ni de lejos. Sin embargo, entenderle desde la pasión es inmediato. El movimiento de sus manos cuando habla, la búsqueda obsesiva por la palabra exacta en el lugar perfecto, el brillo de sus ojos que se refleja en sus gafas cuando alguien le pregunta desde la curiosidad y no desde el protocolo… cuando todo esto ocurre, Justo se transforma en un divino niño, como si fuera el dios Loki de la religión germana jugando con las emociones y destinos de sus personajes en los infinitos mundos posibles de la Literatura.

Para Justo, realidad y ficción son cosmos simultáneos, posibles lugares a los que escapar, pero también en los que vivir. Por eso Justo vive la realidad como si fuera uno de los muchos mundos posibles, y se comporta como si viniera de otros mundos con usos y costumbres diferentes. Es imposible entender a Justo sin situarle en este contexto de viajero entre mundos.

Os dejo un vídeo para que le veáis en directo.

Tendré que comprarme el nuevo libro, ¿qué alternativa queda? . Os dejo un enlace a una crítica que le han hecho sobre Cuentos de los viernes (3)

El lenguaje es tan importante como respirar. En él encontramos el significado que atribuían a los objetos de la realidad nuestros ancestros, pero también creamos nuevos significados, damos matices, convertimos el discurso en un cuadro abstracto. Con él intuimos principios de historias, relatamos el tránsito, para tal vez no encontrar un final, como cuenta en su tesis sobre Murakami.

Pero insisto, Justo es pasión que roza la locura, y eso lo convierte en un genio. Y no nos confundamos,  porque si bien los genios se caracterizan por alcanzar comprensiones de la realidad que los demás no vemos, también se caracterizan por abandonar las realidades que son más evidentes para el resto. Esto hace también que su pensamiento sea controvertido, discutible, incansable y agotador a la vez… y a Justo le encanta discutir, aunque él seguro que prefiere utilizar el verbo dialogar. Por eso es amigo de las tertulias, preferiblemente de aquellas en que se sienta el literato académico junto a la joven fisioterapeuta, mientras que en las sillas de enfrente están el arquitecto al lado de ese chiquillo que ha comenzado a escribir cuentos, y aún no se sabe, si acabará siendo un escritor, o estará en esa etapa «tonta» de la poesía de la mala noche.

Todos tienen un lugar en la mesa literaria de Justo: es entrañable, y por tanto en estos tiempos, absolutamente imprescindible.

 

(1) Sotelo Navalpotro, J., Unamuno Hierro, J., et Al (2003). Teorías y Modelos Macroeconómicos. Pozuelo de Alarcón, Madrid, España: ESIC Editorial.

(2) Sotelo Navalpotro, J. (2014). La Semántica Ficcional de los Mundos Posibles en la Novela de Haruki Murakami.. Tesis doctoral. UCM. Madrid.

(3) Justo Sotelo (2015) Cuentos de los viernes. Colleción Narrativas. Bartleby. Madrid

Crítica al pensamiento económico vigente

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El concepto de Economía es tremendamente volátil si lo analizamos desde una perspectiva histórica. No en todas las épocas ni en todos los lugares se ha realizado siempre de la misma manera. Sin embargo la implicación tan estrecha que mantiene con la cultura hace que parezcan existir unos principios inmutables que casi nadie cuestiona.

A menudo se critican las decisiones de carácter económico que los particulares, los gobiernos o las distintas organizaciones toman bajo presupuestos de eficiencia, utilitarismo o distribución de la riqueza.

Sin embargo, Economía es algo más de lo que parece económico, y algo menos que el movimiento de capitales.

La palabra economía nace para aglutinar todas aquellas transacciones que permiten al hombre cubrir sus necesidades materiales. Estas necesidades van más allá de ninguna restricción, pues son en realidad las aspiraciones que el ser humano tiene de lo que ha de ser su propia vida material.

De esta forma todo lo económico es una entelequia, pues el hombre se esfuerza en cuantificar necesidades cada vez más crecientes, pretende adelantarse a un futuro desconocido e intentar que sea mas amable.

Este planteamiento se da de bruces siempre con un corto plazo que parece querer demostrarnos la insensatez de querer asegurar el futuro.

Así observamos como las grandes teorías económicas caen por su propio peso con el paso de los siglos. Así como varían las sociedades y sus formas, cambia también la visión que el ser humano tiene de sí mismo y en relación al resto de seres humanos.  Hay una tendencia a separar al ser económico del ser humano, como si sus intereses fuesen distintos e incluso, como si las normas éticas parecieran amoldarse depende de cómo describamos el problema que la realidad nos demuestra.

Así por ejemplo, si un particular debiera dinero a un tercero y por esta razón perdiera su casa, cabría juzgar al tercero como un oportunista, una mala persona,… e incluso se valorarían medidas de aplazar la deuda, e incluso de proteger la seguridad de la familia deudora por encima del bien del inmueble (véanse las normas de la Casa de David, a este respecto). Sin embargo, si este tercero es una institución, el debate es zanjado rápidamente como una mera cuestión económica en que no se puede hacer nada. El imperio de la Ley se aplica sin enmienda, pues su ejercicio y calidad depende del capital de sus participantes.

El dinero facilitó el intercambio en su aparición, pero con el tiempo dejó de ser un bien más para convertirse en una entidad en sí misma, sinónimo de poder, de realización de deseos, de autonomía y libertad.

Con los albores de las sociedades industrializadas se impone como un poder autónomo a nivel mundial , como el arma mas poderosa para el mantenimiento y derroque del gobierno político.

Ya con el capitalismo, aparece el capital anónimo, ausente de humanidad, definido como irresponsable, tajante y ajeno a cualquier norma que no sea la del tipo de interés.  Nada le importa al capital anónimo sobre el hombre y sus necesidades, si no le sirven para crecer y suponer cada vez una cifra mayor.

Todo esto nos lleva a hacernos una simple pregunta: ¿ Es correcta nuestra forma de hacer economía? Y una segunda pregunta más difícil de responder :¿ Tenemos capacidad para cambiar el rumbo que la economía, o es esta la tiene la capacidad de cambiar a la humanidad?

Por todo lo expuesto anteriormente, la respuesta a la primera es sencilla: no es correcta, pues no atiende a las necesidades de los ciudadanos del planeta, y cuanto mayor es el capital anónimo peor es la distribución de los recursos a nivel planetario. La falta de dimensión humana del capital anónimo hace que se convierta en un astuto deudor que da riqueza solo a cambio de consumo, y que no busca otro beneficio que el suyo propio.

La respuesta a la segunda es mucho mas controvertida. Desde una perspectiva histórica, el hombre parece mas un animal que un ser racional. Sólo en escasas ocasiones el poder político desea realmente adecuar la economía a las necesidades de los ciudadanos.

Estas épocas de intentar “domar a la bestia”, suelen venir acompañadas de revoluciones de las masas populares que buscan el interés común, despuntando dirigentes que son capaces de expresar su voz. Pero muy poco tiempo después, el interés particular de todos aquellos que se alzaron como un conjunto, acaba imponiéndose a la voz común. Cada individuo intentando defender su propio interés acaba perjudicando a algún tercero. Para proteger su puesto en la sociedad se crean barreras de entrada del mas diverso tipo, lo que hace cada vez más rígida a la sociedad y menos motivadora para los ciudadanos que la componen.

Los discursos, antes llenos de sentido ideológico, acaban careciendo de otra intención que no sea la de beneficiar intereses de grupos de poder que a su vez benefician a sus miembros.

Es decir, en el nacimiento de la voluntad de paz y harmonía nace también la semilla del egoísmo y del miedo, pues es el miedo a perder posición o riquezas lo que hace a las sociedades alejarse de modelos de distribución de la renta coherentes, y de dinámicas esperanzadoras en que el ser humano quiere luchar y trabajar para desarrollarse como individuos.

Cambiar el modelo económico ha sido hasta el día de la fecha solo posible con la revolución de los pueblos, con la guerra, entendida esta en el mas amplio sentido de la palabra. Pero nunca ha aparecido el consenso sobre lo que es una economía humana.

La Ética es una vieja amiga de la que conocemos su buena voluntad, pero pierde autoridad a medida que se aleja de las decisiones particulares a las decisiones institucionales.

El poder se zafa con relativa facilidad de los compromisos legales e ideológicos, pues el capital anónimo normalmente es el autor de su consecución.

La vieja receta para adecuar la economía a las necesidades del hombre, sea cual sea la época nace del corazón del individuo que intenta que su entorno inmediato sea lo más humano posible.

Así vemos instituciones que paralelamente a la autoridad política y fiduciaria[1] pretenden ajustar la realidad a las necesidades de la comunidad. Surgen como agentes económicos de extrema importancia, pues son más económicos que los primeros, si entendemos por economía todo ese conjunto de medios y relaciones que permiten al individuo su evolución como seres humanos.

El ser humano no se puede definir así mismo como un ente fraccionado en claras y delimitadas facetas como habitualmente solemos hacer. No es correcto hablar del hombre como un ser económico al margen de sus relaciones personales y sus creencias. Limitar el hombre a la matemática es tanto como pesar un ramo de rosas y no atender a su morfología y aroma.

A medida que el dinero se ha ido imponiendo no solo como medio de intercambio y ahorro de riqueza, sino como entidad anónima y autónoma de la humanidad, ha desarrollado su propio lenguaje, su propia cultura y sus propias reglas del juego.

El calado de este novísimo idioma es tan profundo en nuestras sociedades que esta forma de atribuir recursos, responsabilidades y “roles” tan comercial se ha extendido a las relaciones personales y de carácter informal de los seres humanos.

La cultura se modifica a causa de la economía. Quiero recordar a Unamuno y su visión de la intrahistoria de los pueblos donde no es tan importante la sucesión de acontecimientos históricos como la vivencia que los hombres experimentan cuando ocurren y la forma en que los transforma. De igual forma, cuando hablo en este texto de cultura me refiero a la “intracultura”, entendiendo como tal, la forma en que el ser humano y la sociedad se manifiesta a causa de sus conocimientos, costumbres, tradiciones , y de los modelos de “líder” que ensalza como prototipo del sueño de sus individuos.

La vivencia personal del individuo perteneciente a una sociedad es el fruto de la economía y de sus relaciones sociales. El volumen de transacciones económicas es tan grande que está comenzando a ser la principal actividad social del individuo, y como tal tinta todas las facetas de su personalidad.

Una tercera pregunta es hasta donde será capaz de soportar el hombre una economía inhumana. Y no me refiero solo al ánimo que el juicio individual imprime en las decisiones cotidianas, sino a la capacidad de la especie para sobrevivir en una jaula que un “alien” a diseñado para nosotros.  Estamos hablando de estabilidad emocional, salud mental, aislamiento y sensación de no pertenecer al mundo en que se habita.

Tal vez, esta economía sea tan ajena al hombre que un buen día éste la abandone como quien despierta de una pesadilla.

La actual dinámica capitalista parece abocada a la autodestrucción pues su objetivo teórico no es otro que el capital anónimo posea todos los recursos del planeta, existentes y creados en el futuro. Los salarios tienden a reducirse cada vez mas, los capitales propios son cada vez mas castigados y aumenta el riesgo de su conservación, y la causa es muy simple, la competencia. Esta entidad, motor del capitalismo, es intima compañera del capital anónimo que es directamente aconsejado por la rentabilidad.

El principio de rentabilidad es la batuta que desplaza empresas a lo largo del planeta, que crea y destruye empleo, y establece una jerarquía social y organizativa al margen de la voluntad de los seres humanos.

Este principio en el individuo es relativamente importante, pues no solo valora los activos materiales, sino todos aquellos que el dinero no puede comprar y son superiores y mas eficientes que los primeros. Un mero ejemplo, el aire que respiramos es un bien libre sin el cual no podemos vivir, y las carencias emocionales son la principal causa del suicidio frente a las necesidades materiales.

Se da la paradoja que en las sociedades mas pobres, los activos inmateriales relacionados con las necesidades psicológicas de pertenencia al grupo, cariño y valoración del ser humano, son mucho mas eficientes que en las sociedades mas ricas desde un punto de vista material, y que a dia de hoy se identifican con las sociedades capitalistas.

El individuo capitalista parece no ver todos estos activos inmateriales y pretende cubrir todas sus necesidades con todo aquello que se puede comprar.

Discurso Económico y realidad económica.

Las razones por las cuales un sujeto se acerca intelectualmente a un objeto, son fundamentales para entender tanto la calidad como la veracidad de la intención del texto.

He de decir, que mi principal motivación en el desarrollo de este artículo no es otra que la simple y sencilla voluntad de conocer y entender al hombre. Para mi la economía agregada es la manifestación mas descarada e infantil del ser humano como especie. Tal vez somos capaces de decir con el devenir económico verdades del subconsciente colectivo que no somos capaces de admitir como individuos.

La realidad económica es la consecuencia de los hombres que han contribuido a su aparición y desarrollo, con todas las virtudes y defectos que los conforman. Es por tanto, un fiel espejo de nuestra naturaleza, un registro para aquellos que sepan leer entre líneas de nuestro avance como especie.

Las barreras al desarrollo de un pensamiento económico nuevo

La primera de ellas es el rigor universitario.  Y espero que no se asusten. Mi experiencia me dice que el desarrollo de textos universitarios en torno a la economía van más encaminados a obtener el beneplácito de la comunidad universitaria que ha solucionar problemas de carácter económico, lo cual es una curiosa paradoja desde el punto de vista conceptual.

Siendo la Economía una ciencia que nace de la praxis, teorizar sobre ella con ánimo descriptivo y sin voluntad alguna de transforma la realidad, es como mucho, un buen trabajo de bibliotecario, o registrador.

La comunidad universitaria, no suele ver con buenos ojos la creatividad científica en las ciencias sociales. Fomentan más la expansión de una determinada doctrina sobre la cual juzgar la realidad, que en el mero análisis y obtención de las conclusiones que obtiene el investigador de la realidad. De hecho, si la realidad no apoya las teorías de la comunidad que surge en torno a la doctrina económica, simplemente se explica como un hecho anómalo en toda una cadena de aciertos investigadores.

A lo que no estoy dispuesto a renunciar es al rigor científico, siempre y cuando sea posible, y ya sabemos los economistas la dificultad que esto entraña. Alguien dijo que la Economía es la ciencia capaz de medir el peso del humo de un cigarrillo.

Y lo cierto es que así debería ser, pero no siempre es sencillo, sobre todo cuando queremos obtener valores cuantificables de activos que no lo son.

La segunda, es el interés personal. Habitualmente, los autores de economía del montón (entre los cuales aspiro encontrarme), suelen escribir textos que los acrediten como expertos en tal o cual aspecto de la economía. Como una forma de engordar el “curriculum vitae” y tal vez mejorar su carrera profesional. Esta cadena tiene la peculiaridad de doblar el discurso en torno a lo “procedente” y lo “inadecuado”. Buscando con mimo la forma de describir los hechos para no buscarse enemigos en la medida de lo posible, y agradar los intereses de terceros que pueden beneficiar el interés particular.

Mi interés personal está a medio camino entre la aspiración espiritual y la cura psicológica, y no es otro que el analizar la realidad económica que todos vivimos desde un prisma lo más ajeno posible a los discursos habituales, como un niño que por primera vez se encuentra con un objeto y trata de describirlo con su propio lenguaje.

Si bien he sido profesor universitario en metodología cuantitativa en una Facultad de Económicas, hijo de empresarios y trabajador en distintos niveles de una empresa familiar, asalariado y voluntario desinteresado,… la experiencia en todos estos hábitos me hacen plantearme que la mayor parte de lo aprendido es inútil desde un punto de vista práctico.

La tercera es el utilitarismo.

Economía y busca de la utilidad, son conceptos parejos. Sin embargo, el para quién es esa utilidad es un presupuesto no científico, de carácter opinático y discrecional.

Por tanto habrá una doctrina económica para cada grupo de interés. Es lógico que la doctrina generalmente aceptada sea aquella propuesta por los grupos de poder con mayor capacidad de propaganda.

El economista puro, debe buscar el interés general, que en mucha ocasiones va en contra de los intereses particulares.

La cuarta, la negación de argumentar todo aquello que no sea demostrable.

La actual crisis, no es solo una crisis económica y social. Es la crisis de la lógica como uno vehículo transmisor de la verdad.

Los argumentos son múltiples, pero con ánimo de que se comprenda esta voluntad de liberación, añadiré simplemente dos incómodos argumentos.

El primero de ellos, es que todo discurso lógico nace de unos presupuestos simples, sobre los que se interpretan la realidad. Es necesario que sean simples para no inducir a error, ni confusión y han de ser susceptibles de ser rechazados si en el proceso científico se encuentran argumentos que los desechan.

Esto si bien es un proceso “honesto”, pues admite la falibilidad de estudio, de forma sibilina y hasta que no se demuestre lo contrario deja inmunes los principios a partir de los cuales se desarrolla el discurso lógico.

Este corsé del método científico limita la capacidad del investigador para analizar el todo, a la vez que le facilita el estudio de la parte.

Y en particular, en la aplicación de la metodología científica a las ciencias sociales, el corsé llega a ser asfixiante, pues el ser humano es prácticamente inabarcable como objeto de estudio por sí mismo, y es muchas veces mas esclarecedor, el estado de ánimo que se respira en el ambiente económico, que las conclusiones lógicas de complicados procesos científicos basados en presupuestos demasiado estrechos.

Daremos pues el lugar natural que le corresponde a la lógica en la cotidianidad del ser humano, es decir, el ejercicio del sentido común en base a lo demostrable y lo evidente.

La quinta, la mente colmena.

“Donde vas Vicente, donde va la gente”, dice la sabiduría popular. Esta cadena es la más fuerte y difícil de romper. El individuo se adhiere a las corrientes de pensamientos de su entorno, sin pensarlas demasiado, y especialmente en cuestiones de Política Económica.

La gente se define a sí misma en base a su profesión, el partido político al que se adscribe, el equipo de futbol, costumbres religiosas,… este maremágnum de sistemas ideológicos acaban delimitando también el campo de visión de los seres humanos.

Conviene revisar pues todos estos sistemas de ideas, e incluso ser capaces de obviarlos a la hora de revisar la realidad. Conviene revisar esos presupuestos volviendo a preguntarse que es el bien, la libertad, la igualdad, o incluso si hay otros valores que merece la pena descubrir y defender en una escala de preferencias.

 


[1] Es importante no confundir autoridad fiduciaria, con los bancos centrales con pacidad para controlar la emisión de moneda. Aquí me refiero a esta autoridad, como aquellos agentes capaces de movilizar grandes cantidades de dinero y por tanto son una fuente de creación de riqueza, pero de carácter arbitrario, pues eligen a quien y por que beneficiar.

Lorca y su frecuencia perfecta

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Como pasa el tiempo. Parece que fué ayer cuando me subí al coche con Jose y nos pateamos toda España con dos guitarras y mucho corazón. Pero el tiempo pasa sin decoro ni delicadeza por encima de nosotros.
Los temas del nuevo disco de Lorca han tenido que esperar más de cuatro años para tener una oportunidad. Las razones son muchas y todas pequeñas pues la vida del músico en España está sujeta a miles de cadenas de todo tipo: económicas, mediáticas, emocionales y absurdas siendo estas últimas las que mas duelen.
No hay en España dinero para el talento y Lorca tal vez tiene demasiado para sacarle por televisión, o a lo mejor no tiene suficiente dinero como para pagar a 40 principales un número uno y esto es razón suficiente para silenciarle según el criterio una sociedad cada día más materialista y desequilibrada.
Lorca es el único artista español capaz de apretarme el corazón y la garganta al mismo tiempo mientras escucho temas que incluso he llegado a arreglar con él como artesano.
Querer a Lorca es inevitable, pero también sorprendente, porque el cariño es tan grande que muchas veces eclipsa la percepción que tenemos de su gran calidad como autor, como cantante y ahora como productor.
Esta autoproducción queda muy lejos de las autoproducciones al uso de recursos escasos en que hay prisas y pocas exigencias. La talla de los músicos del nuevo disco de Lorca está a la altura de sus millonarias producciones anteriores y los arreglos recuperan el espíritu de ciencias a la vez que ganan en madurez. Lorca ha tenido que crecer asumiendo la labor de productor, asumiendo los errores del primerizo y resolviéndolos con inteligencia y coraje, llegando a tomar decisiones tan difíciles como retomar la mezcla y el mastering.
Hoy he estado escuchando un par de discos suyos y es indudable que las letras de este nuevo disco han ganado en densidad poética, a la vez que siguen manteniendo ese tono caravanchelero que afronta la vida con lo puesto pero con todo el alma que cabe en el pecho de un hombre. La calidad de sonido iguala la calidad de «Serpiente con tacón» o «Lorca» y como toda autoproducción respeta más el espíritu del propio artista mostrando a un Lorca tal vez más desnudo que en ocasiones anteriores.
Espero que esta vez el inmenso esfuerzo vital y económico de Lorca que le está llevando casi a la indigencia y los apoyos de los profesionales del mundo del audio y del management sean suficientes como para que pronto tengamos el placer de comprar donde sea una copia de esta epopeya musical del siglo XXI.
Es muy difícil comprender para aquellos que escuchan la música en altavoces de rastrillo y mp4’s de saldo la presion que supone para un poeta de las frecuencias conseguir esa «frecuencia perfecta» en equilibrio de letras, notas musicales, desgarros vocales e ingeniería de estudio.
No pido ayuda para Lorca, pido la justicia que merecemos todos los melómanos de escuchar música producida en este país a la altura de lo que se está haciendo en el resto del mundo.
Silenciar a Lorca es asesinar un poquito mas la cultura de España.

Snow Leopard server vs. Ubuntu server

mac-tux

Mal acostumbrado como estoy al sistema operativo OSX a nivel usuario, decidí rascarme el bolsillo y comprar por ebay una licencia del Snow Leopard Server.

¿Por qué lo hice? Por que supuse que sería igual de sencillo y flexible que el sistema operativo cliente, pero nada más lejos de la realidad.

Mi intención era montar un servidor que me permitiera servir páginas web desde mi casa con una página de entrada montada en iweb y luego un arbol de wikis, blogs, y phpportals… además de tener acceso a mis archivos desde el exterior de forma segura…

La máquina en que lo monté un Mac pro del 2006 con cuatro núcleos Xeon a 2,66 Ghz, 4 satas 1,5 Gbs montados en raid 10, un sai …. Después de montarlo me dí cuenta:

1º. Que no está pensado como servidor casero, por mucho que nos lo quieran vender así. Open Diretory es absolutamente inútil para un grupo de trabajo.

2º. El servidor web apache tal y como viene montado te obliga a elegir entre mostrar la infraestructura de blogs y wikis propia de apple, o empezar desde cero a montarte el portal.

3º. Absurdamente, compartir archivos entre tus macs via open directory, especialmente leopard’s vs snos leopards,.. me ha dado algun problema en la autenticación.

4º. Configurar el vpn con máquinas windows 7 no me ha sido posible.

5º. Al conectarlo al router, y en las mismas condiciones, unas veces me permitía configurarlo como pasarela y otras no, dependiendo de si le daba la gana o no.

6º. Y lo más importante, el rendimiento del Mac Pro se reducía a la mitad en cuanto a paquetes de diseño y ofimática.

7º. Al pasar los archivos del Snow Leopard Server, a un disco duro externo me conservaba los permisos de grupo, con lo que tenía que estar metiendo la contraseña para borrar un archivo, y cambiar permisos en los directorios, usuarios,… un coñazo.

Después de quince días de tenerlo en funcionamiento, hacerme una idea de lo que puede gastar un mac pro enchufado dia y noche, 365 días al año… saqué del armario un Athlon 64 y …

1º. Instalé Ubuntu Server 10.04 edition, sobre dos discos en raid 1 de 250 Gb –> por si acaso me fallaba un disco que no perdiera mis bases de datos SQL, ni mis sitios, ni nada.

2º. Lo configuré como pasarela de red en veinte minutos siguiendo el howto de la siguiente página.

http://server-servers.com/ubuntu-internet-gateway-and-router/

3º. Configuré webmin y squid en modo transparente. Hay howtos en este blog

4º. Configuré transmission-daemon e instalé en cliente transmission-gui en el mac pro.

5º. Retoco ssh para fortalezerlo, instalo rkhunter,…. y me enrollo hasta hacerlo una fortaleza en Unix.

Sorprendentemente, con Ubuntu tengo todo lo que necesito, y además vía netatalk hago copias de seguridad de algunos mac.

Y una observación importante. Cuando tení instalado el SL Server y corría Transmission para los torrrents el router se me quedaba colgado, y no podía ni navegar ni descargar archivos.

El ubuntu server, con dos tarjetas de red, 1 Gb de Ram, dos discos en raid 1 de 250 Gb, y un HD USB externo de dos TB,… descargando a 1,5 Mb/s reales no me ha parado todavía ni una descarga, ni me ha parado la navegación aunque cuando saturo el ancho de banda, lógicamente va más lenta.

Ahí queda eso. Linux cada vez da mas sorpresas.

Larga vida a debian y ubuntu.

Conciencia universal

Miguel-angel

Todos los días en las vidas de los hombres del siglo XXI nuestras ventanas contruidas con tableros LCD o de plasma nos muestran un mundo de mediocridad y vacío. Encendemos la televisión, o la pantalla del ordenador y echamos de menos a gente extraordinaria que nos conmueva como seres humanos, que hagan que dentro de nosotros brille una luz que nos invite a luchar por un mundo mejor, por el bienestar general y la familia, la de sangre y esa otra que se forja con cariño a lo largo de los años con amigos a los que demostramos y que nos demuestran que les importamos.

Echamos de menos a personas como Mahatma Gandhi, Santiago Ramón y Cajal, José Ortega y Gasset, John Lenon, Jimi Hendrix, Pablo VI, Che Guevara, … y tantos otros que por su tremenda humanidad y con indenpendencia de sus creencias siempre han tenido en común su amor por la libertad del hombre y la lucha por la dignidad del ser humano.  Y aunque parece que han desaparecido de nuestros mundos virtuales de sistemas informativos opináticos para ser sustituidos por personajes de lo más variopinto, ya sean políticos o «vivelavidas», actores de culebrón o periodistas de barrio, … yo sé que existen y siguen entre nosotros.

Cuando dirigimos nuestra mirada a la calle y vemos a nuestros vecinos, cuando charlamos con los amigos, cuando cruzamos dos palabras con otra persona… nos damos cuenta de que el ser humano es hermoso aunque esté bastante confundido.

Somos seres poderosos y frágiles dotados de la responsabilidad de la conciencia, el norte de la razón y el milagro de la sensibilidad del alma; pero lo realmente importante es que todos somos un único ser que se refleja en nuestros semejantes.

Y aunque parece que se nos ha olvidado, porque continuamente se nos separa ya sea por razón de raza, clase, sexo, religión, política, equipo de futbol y hasta marcas de ropa … lo cierto es que todos venimos al mundo llorando y  que nos vamos solos de el, y por esa razón somos un único ser que vive el mismo camino y al que se le da la oportunidad de ayudarse a sí mismo fragmentado en multitud de seres individuales que confundidos se sienten diferentes y extraños.

El mal es una enfermedad del ser humano muy parecida al Alzheimer, pues olvidamos que hacer daño a un semejante es causarnos daño a nosotros mismos.  Se puede vivir con el dolor causado por otro, pero no se puede vivir plenamente habiendo sido el que ha causado el daño, pues nos depersonalizamos, quedamos aislados, y dejamos de ser ese ser único y poderoso capaz de todo para convertirnos en retales y restos de lo que es una persona.

Ya no se habla del «deber ser» sino de lo que «debe parecer». Vivimos en una sociedad consciente sólo de sus artificios y no de sus posibilidades. Buscamos el triunfo basado en cifras y no la  felicidad incomensurable de nuestra capacidad de ser y por tanto de amarnos a nosotros mismos y a los reflejos que encontramos cada día al salir por la puerta de casa en la mirada de otro ser humano.

Nadie nos podrá arrebatar jamás la grandeza de ser hombres aunque olvidemos que lo somos.

El arte de la guerra

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Sun Tzu debió nacer en Gran Vía y montó academia. Nos están dando con todo. Pero, ¿quién es el enemigo sombrío que nos roba los ánimos, reduce nuestra renta real, se carga sin compasión los puestos de trabajo y nos enfrenta los unos a los otros haciendo que nos señalemos con el dedo?

No lo se. Supongo por ello que Sun Tzu habrá tenido algo que ver, porque la estrategia es magistral. Creo que ha estas alturas del partido nadie se cree ya que exista la izquierda o la derecha. Puede que haya políticas heredadas de otros tiempos que se puedan tildar así, pero el espíritu de las clases sociales se está devaneciendo como el humo, por no decir que ya están muertos.

Y sin embargo todos los días, la pantomima nacional, con sus Zapateros y sus Rajoys, con los sindicatos de clase subvencionados por el gobierno de turno, con sus huelgas decimonónicas y sus empresarios de «vamos a echar a todo el mundo para que nos salgan las cuentas«.

En la calle, todos convencidos de la insolidaridad del vecino, de las malas artes, del no te fíes, del quítate tú pa’ ponerme yo. Y Belén Esteban, … la princesa del pueblo nombrada por no se que cadena. Y no es que yo le vaya a negar el título de princesa a ninguna mujer, pero que no nos la coronen las mismas «teles» que nos despistan de los problemas reales. Los mismos mecanismos que hacen que el fútbol nos importe más que nuestra formación o que el pan que nos llevamos a la boca. Esas que llaman corazón al petardeo y que toman partido como «putas» acabando con la poca objetividad que le daba sentido a la profesión de periodista.

Este bipartidismo está demostrando servir a unos únicos intereses, a los del Capital. La clase media o ya es historia o se aferra con uñas y dientes al poco espacio que le deja un capitalismo mundializado, feroz y anónimo. O lo que es lo mismo, un gigante monstruoso y cobarde que no da la cara por que no la tiene.

Aquellos que gobiernan tienen todos los recursos intelectuales y materiales para hacerlo bien, y si no lo hacen es porque no quieren, y simplemente hacen bien el servicio de favorecer a aquellos que los mantienen en el poder.

Sun Tzu no lo hubiera hecho mejor porque aunque todos nos preguntemos: ¿por qué nadie hace nada?,¿por qué la gente no se mueve ?… no movemos un sólo dedo que no sea a la comparsa del sistema, aunque estemos convencidos de lo contrario.

La libertad murió en España el 23 de Marzo de un año sin vergüenza ni misericordia. La muerte nació el mismo día para la España de la Democracia. Ya todo es pantomima y sálvese el que pueda.